Cuando se decidió dividir en sedes a Santa María de la Estrella, la del Centro tenía como base solo las cenizas de un grupo que en algún momento había contado con mucha gente, pero que con el paso de los años se había desintegrado. El nombramiento de Juan Luis Vendrell como el primer rector fue para muchos una agradable sorpresa.

Con fuerza y oración, el nuevo rector fue convocando gente para el primer llamado apostólico del Centro como sede: el Emaús I del Colegio Corazón de María, en octubre del 2002. Aunque el desafío no fue fácil de encarar, el ánimo del rector y sus pocos discípulos no disminuyó, sino que por el contrario se fortaleció y los unió más.
En el 2003 se retomó el proyecto y se organizaron dos Emaúses para el Corazón de María. Esta vez, la respuesta de los asistidos le fue dando a la sede la fuerza para comenzar a crecer más. Así, pasados dos años se decidió ir en busca de nuevas aventuras. En marzo de 2004, se comenzó a hacer la Hora Santa en la pequeña capilla del colegio San Pablo. Y aunque al principio se sentía mucha frustración y soledad porque eran pocos los que concurrían, cada vez se hacía escuchar más la frase “los tiempos de Dios no son los del hombre”. Eso los mantuvo vivos y esperanzados.
Fue entonces que se lanzaron a la locura de organizar el Emaús I Abierto del Centro. Y una vez más el Espíritu Santo les dio el empuje para llevar a cabo el primero de los muchos retiros abiertos que se harían en adelante. La Misión era entonces el desafío restante. A la misión del 2004 a Carlos Tejedor fueron solo dos miembros de la sede del Centro. Pero bastaron esos pocos para que la noticia se hiciera llegar y dos años más tarde, cerca de 40 misioneros de capital visitaron General Villegas.
Hoy el centro atraviesa una etapa de profunda consolidación, que continúa desafiándose y creciendo a la luz del Espíritu. Cuenta con un grupo de perseverancia, Horas Santas cada quince días, misiones para los chicos de Secundarios y Universitarios y retiros abiertos y para colegios del lugar.